En marzo de 2002 el equipo de Exactas obtuvo la medalla de bronce en la final mundial de la Competencia Internacional de Programación ICPC, alcanzando el puesto 10º en todo el mundo.  Hasta el momento, fue el mejor resultado del DC en la historia de las competencias. El equipo estuvo integrado por Flavia Bonomo, Dario Fischbein y Sergio Sancho (coach: Pablo Coll). A 20 años de semejante hazaña, conversamos con Flavia Bonomo sobre lo que fue esa memorable experiencia.

Es un aniversario especial. Se cumplen 20 años de la primera medalla de bronce en la final mundial de la Competencia Internacional de Programación ICPC (en inglés, International Collegiate Programming Contest) y el puesto número 10 en el ranking entre los equipos de todo el mundo, convirtiéndose en el resultado más destacado del DC en sus más de dos décadas de participación. Cabe recalcar que el año siguiente el mismo equipo volvió a obtener una medalla de bronce y terminó en el puesto número 12.

Aquel equipo emblemático estuvo integrado por Flavia BonomoDario Fischbein y Sergio Sancho, quienes por ese entonces eran estudiantes de Ciencias de la Computación. El entrenador fue el docente Pablo Coll. El “mundial de programación” se había llevado a cabo del 20 al 24 de marzo de 2002 en Honolulu, Hawaii. El trío local superó a universidades de prestigio como Chicago, Cornell, Wisconsin, Texas, Caltech y California en Berkeley.

Pero este resultado histórico había comenzado a gestarse unos meses antes cuando se consagraron como finalistas, superando a 2400 equipos de todo el mundo y adjudicándose el pasaporte para participar en una final mundial donde se midieron con los 64 equipos más selectos (incluso tras superar dificultades económicas que pusieron en riesgo su participación ya que colaboraron empresas, instituciones y donantes anónimos para que pudieran viajar y solventar su estadía). Los otros ganadores fueron, en orden descendente, la Universidad de Shanghai Jiao Tong, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y las universidades de Waterloo, Tsinghua, Stanford, Saratov, Fudan, Duke y Moscú.

Fue una muy linda experiencia. Veníamos participando juntos desde el año anterior, un poco por casualidad. En el 2000 empezamos a participar con Dario Fischbein y Daniel Perrucci en equipo y nos quedamos en la regional. En 2001, para la regional, Daniel estaba llegando de viaje y se retrasó su micro. Por otro lado, los compañeros de Sergio Sancho no fueron a la competencia porque tenían que estudiar para un parcial. Y entonces nos terminamos juntando los tres, casi no nos conocíamos”, relata Flavia Bonomo, integrante del equipo y actual profesora e investigadora del DC. Ese equipo clasificó para el mundial de Vancouver pero los integrantes del equipo que había quedado segundo (que también era del DC y finalmente fue al mundial) apelaron el resultado por un tema de la codificación de los saltos de línea de los archivos de test, y al reevaluar sus programas resultó que sin este detalle hubieran quedado primeros porque les bajaba la penalidad de tiempos, por lo que finalmente el equipo integrado por Flavia no fue al mundial y quedó segundo en la instancia previa. “En 2002 Daniel dijo que si queríamos volver a participar con Sergio él no tenía problema, y así fue que nos conformamos como equipo. Ese año sí pasamos a la final mundial en Hawaii”, complementa.

En cuanto al desarrollo de la competencia, Flavia comenta que los problemas fueron de varios tipos, “algunos de geometría computacional, otros fáciles pero que hay que detectarlos rápido para no perder penalidad de tiempo con estos, algunos de optimización y grafos con los que hay que ingeniarse para lograr que resuelvan instancias en el límite de tiempo impuesto, otros que admiten ser modelados con problemas conocidos polinomiales.  Y todo ello con la presión del tiempo, ya que hay un límite para la competencia y además hay una penalidad por tiempo de resolución”, explica. En relación al trabajo en equipo, “Darío y Sergio se turnaban en la compu, y yo pensaba los algoritmos en papel, hacía las cuentas geométricas cuando hacía falta, pensaba más la estrategia de resolución y el orden para ir resolviendo los problemas, revisaba el código impreso cuando nos devolvían un error. Eso nos funcionó muy bien, yo soy muy lenta tipeando y no tenía mucho sentido que lo haga”, puntualiza Flavia.

Ante la pregunta sobre qué factores contribuyeron al resultado, Bonomo afirma que el equipo entrenó muchísimo y le dedicó largas horas, con la importante guía de Pablo Coll. Y que jamás se peleó durante ni después de la competencia, ni se echaron la culpa por los errores (una actitud que, según comenta, era usual en otros equipos que competían en esa época). Y además que cada integrante del grupo conocía y aceptaba sus fortalezas y debilidades, por lo que asumiendo estos detalles se complementaron muy bien.

En 2003 se volvió a presentar el mismo equipo obteniendo nuevamente la medalla de Bronce y el puesto nro. 12 en Hollywood, Estados Unidos. ¿Considerás que se consolidaron como equipo? “Sí, y además nos divertimos mucho en esa época, tanto durante las competencias como durante las noches de simulacros que hacíamos en la oficina de Dario, ya que las competencias de simulacros eran el horario de China. Durante las pruebas buscábamos estar lo más cómodos posible para poder concentrarnos y pensar. Yo por ejemplo me ponía un jogging de algodón que era casi un piyama y en 2003 directamente pantuflas (literal). Cero divismo y pura concentración”, rememora la integrante del equipo.

A 20 años de estos logros, ¿te parece que cambió en algún sentido la competencia y su organización o no lo ves así? “La verdad que no, creo que sigue siendo parecida, siempre fue muy competitiva y los países de la ex URSS y China son siempre los top. La principal diferencia es que ahora tenemos más infraestructura, campamentos de entrenamiento, hay más lugares para equipos argentinos (antes teníamos uno solo para Sudamérica fuera de Brasil, más las dos sedes de Brasil). Ahora por suerte las competencias crecieron mucho acá en Argentina. Y el DC sigue logrando sistemáticamente buenos resultados y suele ser campeón de Latinoamérica. Así que a seguir creciendo y ojalá haya otra medalla pronto”, concluye Bonomo.

Nuestros equipos en la ICPC

Desde hace 24 años el Departamento de Computación (DC) de Exactas-UBA participa en la Competencia Internacional de Programación ICPC destinada a estudiantes universitarios (ver nota anterior del DC con la lista de todos los equipos participantes). La competencia es organizada anualmente por la Universidad de Baylor (Estados Unidos) y auspiciada por ACM (Association for Computer Machinery) e IBM. En ella participan 120 equipos de universidades e instituciones de todo el mundo, tanto de occidente como oriente, quienes deben superar diversas instancias previas y eliminatorias de competición. Considerada como el “mundial de programación”, la competencia dura cinco horas y exige resolver cierta cantidad de problemas y luego programarlos. Finalmente un sistema automatizado por los organizadores de la competencia se encarga de revisar cada solución y responde inmediatamente lo que se hizo bien y lo que no. Gana el equipo que resuelva más problemas en el tiempo asignado y en caso de haber desempate es por la velocidad.

El objetivo de la competencia es promover la creatividad, la innovación y el trabajo en equipo para el desarrollo de nuevos programas de computación, y permite a los alumnos poner a prueba sus habilidades para actuar bajo presión. En este contexto, se destaca la experiencia de aprendizaje de alumnos y alumnas de nuestra carrera.

En diez oportunidades, el equipo de Exactas alcanzó el primer puesto de América Latina, superando a universidades de prestigio internacional. Los mejores resultados se dieron en 2002 con el 10º lugar en todo el mundo y la medalla de bronce. Y en 2003 con el puesto 12º, repitiendo la medalla de bronce. Asimismo, en cuatro oportunidades el equipo de Exactas obtuvo menciones honoríficas en la final mundial.

La International Collegiate Programming Contest es una competencia en programación de computadoras para estudiantes universitarios, organizada anualmente por la Universidad de Baylor. Es la mayor, más antigua y más prestigiosa competencia a nivel internacional de programación, y se organiza desde 1970. Cada año la competencia Internacional se inicia con competencias regionales en todo el mundo, de las cuales clasifican los equipos que participan cada año en las ICPC World Finals. En tanto que la competencia regional latinoamericana se lleva a cabo el mismo día, en simultáneo, cada año en diferentes ciudades de Latinoamérica (las últimas en varias sedes en Chile, Colombia, Venezuela, Perú, Brasil, Argentina, Panamá, Bolivia, México y Cuba), instancia en la que en diversas oportunidades el DC ha participado como sede.